A diferencia de los adultos, los niños y adolescentes presentan trastornos del sueño, que a menudo están relacionados a los procesos de crecimiento y desarrollo neurológico, es decir, al proceso madurativo del sistema nervioso. Mencionaremos los trastornos del sueño más frecuentes, vistos durante la infancia y la adolescencia.

1.Terrores Nocturnos: Son episodios que suelen presentarse en niños principalmente en edad preescolar, los cuales están caracterizados por despertares súbitos y violentos, en los que el chico puede estar gritando y llorando desesperadamente. Frecuentemente resulta difícil calmar o consolar al paciente, pero finalmente se logra tras abrazarlo y reconfortarlo. Es común que el chico no recuerde el episodio al día siguiente.

2. Sonambulismo: Más que un trastorno como tal del sueño, se considera un fenómeno médico relacionado a la maduración cerebral, el cual se manifiesta durante la infancia, la adolescencia y más raramente en el adulto joven. Se trata de episodios en los que el individuo puede llegar a levantarse de su cama y realizar actividades de la vida cotidiana, como si estuviese despierto, desde simplemente caminar por la habitación o por la casa, hasta vestirse, doblar ropa, limpiar sus zapatos, etc.

Conforme el individuo crece y se desarrolla, los episodios se van haciendo cada vez menos frecuentes hasta desaparecer por completo. Generalmente no requieren ningún tratamiento y cuando se presentan, se sugiere únicamente encaminar al chico a su cama para acostarse nuevamente.

3. Insomnio: Es el problema más común relacionado con el sueño, en todas las edades. Puede ser insomnio de conciliación en el que a la persona se la dificulta iniciar el sueño, insomnio de mantenimiento en el que la persona se despierta una o varias veces durante su tiempo de sueño, incluso sin poder volver a dormir en algunos de esos despertares, y el tipo mixto que incluye a ambas situaciones.

En el caso de los niños al igual que en los adultos, un estado de ansiedad o un trastorno depresivo pueden ser la causa, aunque más frecuentemente, puede estar en relación a malos hábitos relacionados al dormir, como por ejemplo: exceso de uso de video-juegos, dispositivos electrónicos como tabletas y teléfonos celulares.

El uso indiscriminado de esta tecnología, conlleva a restarle al niño o al joven, tiempo efectivo de sueño, así como ocasionar un sueño inquieto y de mala calidad, con despertares y pesadillas frecuentes, que desembocan en un sueño no reparador y por supuesto incapacidad de rendir adecuadamente en sus actividades escolares, deportivas, artísticas o sociales del día siguiente.

A este respecto, cabe mencionar la importancia del tipo de contenido que se encuentra en dichos video-juegos, así como en las fotografías en redes sociales, los videos musicales o de cualquier tipo, películas, series, y hasta en las caricaturas, ya que es bastante frecuente que dicho contenido sea violento, agresivo y hasta brutal, lo cual no es compatible de ninguna manera con un sueño tranquilo y reparador.

Está ampliamente comprobado que los niños que observan caricaturas con contenido violento o agresivo justo antes de irse a la cama, muy probablemente tendrán un sueño intranquilo, inquieto y acompañado de sueños desagradables.

4. Apnea Obstructiva del Sueño: Es un trastorno del sueño muy común, relacionado básicamente a dos factores que generan obstrucción de las vías aéreas superiores:

a) Por un lado, el sobrepeso marcado y la obesidad, condicionan estrechamiento de la vía respiratoria superior, además de dificultar en gran medida la mecánica ventilatoria del tórax. La dificultad del paso del aire por una faringe estrechada por el exceso de tejido, genera un fuerte ronquido, incluso algunas veces con sensación de ahogamiento y despertares constantes que fraccionan el sueño total y condicionan un estado de mala oxigenación de todos los tejidos del cuerpo, especialmente el cerebro, que es muy sensible a estados de hipoventilación.

b) En niños pequeños o mayores, las amígdalas y las adenoides, pueden estar muy crecidas o inflamadas, frecuentemente por procesos infecciosos frecuentes (amigdalitis crónica). Lo anterior, también condiciona estrechamiento de la vía aérea, ronquidos, periodos de apnea (ausencia de flujo de aire a través de la vía respiratoria superior, por periodos mayores a 10 segundos o disminución parcial de dicho flujo, lo cual se conoce como hipoapnea).

Es obvio que el tratamiento de elección inicial, será en el caso a, la disminución paulatina de peso corporal por medio de una adecuada alimentación y ejercicio físico regular, mientras que en el caso b, el tratamiento de elección puede ser la amigdalotomía o adenoidectomía (extirpación quirúrgica de dichos tejidos).

5. Parálisis del Sueño: Son episodios que pueden llegar a ser aterradores o desesperantes, puesto que generan mucha ansiedad quien los experimenta. Están caracterizados por la sensación de incapacidad absoluta de movimiento, el individuo se siente completamente paralizado y dominado por una fuerza externa que es claramente superior, a veces con sensación también de cierta dificultad para respirar.

El episodio puede empeorar si además se llegan a presentar alucinaciones visuales, se observan espectros, figuras humanoides o tipo holograma, que rondan en la recámara y se tornan amenazantes. Dichos episodios se presentan en una etapa intermedia entre la vigilia y sueño, y se considera una parasomnia, con clara afectación del sueño REM (Rapid Eye Movements), en el cual la musculatura axial se relaja por completo, los ojos se mueven con rapidez, pero ciertas funciones sensoriales se mantiene activas.

Este trastorno suele ser familiar o hereditario, se presenta desde la infancia hasta los adultos jóvenes, y los episodios son más frecuentes en etapas de desvelos, malos hábitos de sueño o inversión de los ciclos de sueño como en el caso de jóvenes estudiantes de medicina, enfermería, veladores, guardias o policías. Generalmente no requiere tratamiento más que establecer medidas de higiene de sueño, a menos que sean episodios muy frecuentes.

En fin, en los casos en que el sueño y el descanso de los chicos estén alterándose, se debe buscar ayuda profesional, ya que esta etapa vital es fundamental para un correcto y máximo desarrollo neurológico.

Dr. Luis Javier Flores Río de la Loza
Neurólogo y Neurofisiólogo Clínico
DGP 3873257  SSA 10/04

Clínica Maya. Avenida Centenario Norte No. 10 Colonia CentenarioHermosillo, Sonora, México.

Tel. 208.30.24 y 217.46.57. Cel. 6623532927

WEB: clinicamaya.com.mx y 
clinicaneuron.com

Pin It on Pinterest

Share This