Qué es la Meningitis? Meningitis significa inflamación o irritación de las meninges, teniendo como principal causa, la infección por microorganismos de diferente tipo como son bacterias, virus, hongos, parásitos, etc.
Por supuesto que hay que aclarar qué son las meninges:
Las meninges son el tejido que cubre y protege al cerebro. Existen 3 meninges:
1. Duramadre es la capa más superficial y dura (de ahí su nombre).
2. Aracnoides es la meninge intermedia, se encuentra entre la duramadre y la piamadre.
3. Piamadre es la capa más fina, que se encuentra en contacto estrecho con el encéfalo.
Pues bien, a la Piamadre y Aracnoides se les conoce como Leptomeninges y son estas dos capas las que más suelen ser afectadas por agentes patógenos, por ello, algunos libros de medicina se refieren a la meningitis como leptomeningitis.
La meningitis puede presentarse a cualquier edad, pero los grupos más vulnerables son los niños y los ancianos, así como aquellos individuos que padezcan alguna alteración en el funcionamiento de su sistema inmunológico (inmunosupresión).
Qué síntomas o signos presenta un enfermo con meningitis? Independientemente del microorganismo causal, las manifestaciones clínicas son similares en todos los casos de meningitis:
- Dolor de cabeza intenso y persistente
- Disminución del apetito
- Alteraciones de conducta
- Irritabilidad y malestar general
- Modificación en el patrón de sueño
- Fiebre
- Nausea y vómito
- Disminución en el nivel de conciencia (somnolencia marcada)
- Crisis convulsivas
Cuando el paciente es llevado al médico, la exploración neurológica muestra:
- Signos meníngeos.- estos son los datos que más hacen sospechar una meningitis, como es la rigidez de nuca.
- Signos neurológicos focales como son la alteración en el funcionamiento de los nervios craneales (sobre todo alteración en los movimientos oculares).
- En los niños, una fontanela “abombada”
- Marcha atáxica (el paciente camina tambaleándose)
- En ciertos casos, puede haber lesiones cutáneas (manchas en la piel)
Los exámenes sanguíneos pueden mostrar anemia, aumento de los leucocitos (células blancas) y aumento en la velocidad de sedimentación globular.
Cuando el neurólogo sospecha que existe una neuroinfección, en este caso meningitis, suele solicitar un estudio de imagen conocido como TAC (Tomografía Axial Computada), la cual ayuda en el diagnóstico diferencial de otras enfermedades y puede revelar en los casos de meningitis la presencia de edema (inflamación) cerebral, o bien irritación de las meninges (reforzamiento de las meninges con el medio de contraste).
La Punción Lumbar es un procedimiento necesario para extraer Líquido Cefalorraquídeo (LCR) para analizarlo. Las alteraciones del LCR en los casos de meningitis, están en relación al germen que está causando la afección:
Meningitis Viral: Suele ser causada por entereovirus, arbovirus y herpes virus principalmente. En este caso, el LCR suele ser de apariencia normal (transparente), pero con incremento en la presión de salida, aumento discreto en el contenido de proteínas, ligera o ninguna modificación en el contenido de glucosa y un incremento de intensidad variable en el número de células inmunitarias, sobre todo linfocitos.
Meningitis Bacteriana: Los agentes causales, varían de acuerdo a ala edad del paciente, por ejemplo, en los niños y adolescentes son frecuentes H. influenzae, seguido de N. meningitidis, S. pneumoniae, estreptococos, bacilos gramnegativos, estafilococos y Listeria.
En los adultos, el Streptococcus pneumoniae es el microorganismo más frecuente, seguido de N. meningitidis, bacilos gramnegativos, H. influenzae, estafilococos, estreptococos y Listeria. En los casos de meningitis bacteriana, las alteraciones del LCR son muy prominentes, el aspecto es turbio, el contenido de proteínas es muy elevado, el contenido de glucosa disminuye y existe un gran aumento en el número de células, que en este caso son leucocitos polimorfo nucleares.
Meningitis Tuberculosa: Es causada por M. tuberculosis y M. Boris, la presentación de los síntomas es más pausada, es decir suele ser crónica y las alteraciones en el LCR son similares a las de la meningitis bacteriana. No obstante, cuando se sospecha meningitis tuberculosa se debe realizar la búsqueda de material genético de las mico bacterias en el LCR, con técnicas como la PCR (reacción en cadena de la polimerasa).
Obviamente el tratamiento de la meningitis depende del agente causal. Algunos autores recomiendan el uso de antiinflamatorios potentes (esteroides) en todos los casos.
La meningitis viral es tratada con medidas de sostén y antivirales en casos selectos; la meningitis bacteriana se cura con el uso de antibióticos específicos o de amplio espectro, según la edad del paciente, los resultados del cultivo del LCR y el antibiograma; la meningitis tuberculosa se trata con anti-inflamatorios y el uso de drogas anti-tuberculosas en combinación y por varios meses para evitar resistencia y recaídas.
En los últimos años, ha crecido la preocupación por los casos de meningitis por neumococo y por ello se están realizando esfuerzos para ampliar la inmunización contra este germen. Actualmente, la vacuna contra el neumococo se recomienda en los siguientes casos:
1. Personas mayores de 2 años de edad que tienen riesgo de adquirir infecciones por S. pneumoniae.
2. Personas mayores de 65 años de edad.
3. Personas inmunocompetentes, pero con enfermedades crónicas como cardiovasculares, diabetes mellitus, cirrosis hepática, enfermedades pulmonares y derrames de LCR.
4. Pacientes con compromiso del sistema inmunológico como es el caso de los pacientes con linfomas (Hodgkin o no-Hodgkin, mieloma múltiple, insuficiencia renal crónica, síndrome nefrótico y trasplante renal.
5. Personas infectadas con el Virus de la Inmuno-deficiencia Humana (VIH) ya sea sintomáticas o asintomáticas.
6. Personas de la tercera edad hospitalizados o que viven en asilos.
7. Personas que por su trabajo estén en contacto estrecho y frecuente con pacientes que sufren estas infecciones (personal sanitario).
Cabe mencionar que esta vacuna, generalmente confiere inmunidad 10 a 15 días después de su administración.
En conclusión, siempre debemos estar alertas a la presentación de síntomas o signos que sugieren la presencia de una Neuro-infección, para que la persona sea evaluada en forma oportuna y así poder brindarle un manejo adecuado y salvar su vida.
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