La enfermedad de Addison es un trastorno endocrinológico (hormonal), que está caracterizado por la hipofunción de la corteza de las glándulas suprarrenales. Estas glándulas pueden ser dañadas o destruidas por procesos tales como la tuberculosis, tumores, infecciones por hongos y por el virus de la inmunodeficiencia humana.
Los síntomas y signos que suelen presentarse en este trastorno son: debilidad generalizada, pérdida de peso, incremento en la pigmentación de la piel, disminución de la presión arterial y disminución de los niveles de glucosa en sangre entre otros.
La enfermedad de Addison, puede estar asociada a trastornos autoinmunes como es el caso de la Miastenia Gravis, un trastorno de la unión neuro-muscular que causa debilidad muscular que se incrementa en el transcurso del día.
No obstante que la enfermedad de Addison es una afección endócrina, frecuentemente puede tener manifestaciones neurológicas prominentes:
*Alteraciones en la cognición, es decir, en el desempeño mental: problemas de memoria, atención, concentración, etc.
*Alteraciones en la conducta, incluso hasta síntomas psicóticos.
*Manifestaciones resultantes del incremento en la presión del líquido céfalo-raquídeo, tales como dolor de cabeza, somnolencia, etc.
Cabe mencionar que en ocasiones, el hipoadrenalismo (Addison) puede ser la única manifestación de un complejo trastorno neurológico llamado Adrenoleucodistrofia. Esta enfermedad constituye una alteración en el metabolismo de los ácidos grasos de cadena larga y es de origen genético, ligada a una alteración en el cromosoma X.
Los pacientes con Adrenoleucodistrofia muestran deterioro neurológico progresivo, con afectación mental, motora y hasta respiratoria que puede llegar a la muerte. En un estudio que se realizó en varones jóvenes diagnosticados con falla adrenal primaria, hasta a un tercio de ellos se les encontró Adrenoleucodistrofia tras medir sus niveles de ácidos grasos de cadena larga.
Retomando la enfermedad de Addison, es importante enfatizar que se debe sospechar en su presencia, cuando existan las alteraciones antes mencionadas, además de disminución de los niveles de sodio e incremento del potasio en sangre; así como bajos niveles plasmáticos de cortisol con elevación de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH).
En conclusión, toda persona que muestre síntomas como los mencionados, deberá buscar ayuda profesional y especializada. Como es de imaginarse, el manejo conjunto entre endocrinólogo y neurólogo puede ser necesario.
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Dr. Luis Javier Flores Río de la Loza
Neurología y Neurofisiología Clínica
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