Desde hace mucho tiempo se conoce la importancia de ciertas vitaminas y minerales para el correcto funcionamiento tanto del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) como del periférico (raíces nerviosas y nervios periféricos). Una buena manera de conocer la función de estos elementos en el tejido nervioso, es saber que su deficiencia puede generar determinados síndromes clínicos que comentaremos a continuación:

1. Encefalopatía de Wernicke: Esta enfermedad se debe a deficiencia ya sea de Vitamina B12 o de Tiamina y es común en alcohólicos o bien en pacientes malnutridos por ciertos trastornos (cáncer, vómitos frecuentes, inanición). El cuadro clínico se caracteriza por alteración de las funciones mentales, conocido como estado confusional agudo, en el que el paciente está inatento, indiferente, desorientado y con alteraciones de su lenguaje, también presenta alteración de los movimientos oculares que son tan frecuentes que si están ausentes, se duda del diagnóstico.

Dicha afectación de los movimientos oculares consiste en parálisis de la mirada conjugada. La ataxia es una alteración en la coordinación y estabilidad de la postura y marcha y este fenómeno también se suele presentar en los casos de encefalopatía de Wernicke. Evidentemente el tratamiento de esta condición es la administración intravenosa de tiamina (vitamina B1) y vitamina B12.

2. Degeneración combinada subaguda de la médula espinal: esta condición también se genera por deficiencia de vitamina B12, básicamente por falta de ingestión o dificultad de su absorción en el sistema digestivo. Se llama así porque se degeneran de manera combinada dos vías importantes de la médula espinal: los cordones medulares posteriores y la vía piramidal lateral.

Cuando esto sucede, se da una combinación de síntomas neurológicos tanto sensitivos como motores que son característicos, por ejemplo, se pierde la capacidad de percibir la vibración, el peso de los objetos y la presión que se aplica a algún punto de nuestro cuerpo; también se presentan alteraciones motoras tales como un aumento anormal del tono muscular conocido como espasticidad, aumento anormal de los reflejos de estiramiento muscular y debilidad principalmente de las extremidades inferiores, todo lo cual dificulta de forma importante la capacidad de caminar de la persona.

Con frecuencia también llegan a aparecer datos de afectación mental como son la apatía, irritabilidad, alucinaciones, somnolencia y confusión. Se ha descrito que también puede haber daño al nervio óptico, produciendo una neuropatía óptica. El tratamiento es la reposición inmediata de vitamina B12 por vía intramuscular, ya que entre más duren los síntomas neurológicos, menor será el grado de recuperación del enfermo.

3. Pelagra: Es una enfermedad que se da por deficiencia de niacina, también conocida como acido nicotínico. Las manifestaciones clínicas de la pelagra son diarrea, dermatitis (que se presenta en forma simétrica y en los sitios de la piel más expuestos a la luz solar) y demencia, es decir, una afectación global de las funciones mentales.

4. Neuropatía periférica: Se entiende por neuropatía periférica la afección de los nervios ya sea motores, sensitivos o ambos de las extremidades y del tronco. Dicha afectación, genera signos y síntoma tales como debilidad, pérdida del tono muscular, dolor, adormecimiento y sensaciones anormales (conocidas como parestesias).

La deficiencia de varios elementos nutricionales pueden dar lugar a la aparición de una neuropatía periférica: Vitamina B12, niacina, ácido fólico, piridoxina (vitamina B6), etc.

5. Defectos del cierre del tubo neural: la anencefalia (niños que nacen con falta de tejido cerebral) y la espina bífida, son defectos del cierre del tubo neural que se generan principalmente por falta de una ingesta suficiente de ácido fólico por la madre durante la gestación.

En todas las mujeres en edad fértil se recomienda la ingesta de suplementos de ácido fólico, por supuesto en las mujeres embarazadas y también en todos los pacientes que toman medicamentos tales como el valproato y la fenitoína (antiepilépticos), ya que estos promueven una pérdida de las reservas de dicho elemento.

6. Demencia y daño cerebeloso: estas alteraciones neurológicas pueden generarse en pacientes con pobre ingesta tanto de vitamina B12 como de vitamina E.

7. Problemas visuales de diverso tipo: esta alteración se da en pacientes con carencia de vitamina B12 y vitamina A en la sangre.

Así podríamos enumerar otros problemas más por falta de diversos factores nutricionales, aunque los que ya mencionamos son los más representativos. De cualquier forma, se hace evidente que en todas las edades y en todas las situaciones se debe mantener una ingesta de vitaminas y minerales en forma suficiente, recordemos que la mejor manera de prevenir enfermedades de todo tipo, es llevar una vida lo más sana posible, iniciando por una buena alimentación y evitando a toda costa los excesos de sustancias tóxicas como el alcohol.

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Dr. Luis Javier Flores Río de la Loza
Neurología y Neurofisiología Clínica

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