Como todos sabemos, el agua es indispensable para la vida, ya que los procesos biológicos en su vasta mayoría se llevan a cabo en medios acuosos.
Las funciones celulares fundamentales, requieren además de agua: electrolitos, minerales y una gran cantidad de sustancias. En el cerebro humano, el balance de líquidos y electrolitos es muy importante para el correcto funcionamiento de las sinapsis y otros procesos neurales.
El líquido cefalorraquídeo está formado por agua y ciertas sustancias, que lo hacen ideal para cumplir sus principales funciones: Transporte de electrolitos y nutrientes entre las células nerviosas, protección del encéfalo en caso de traumatismos, mantener un volumen equilibrado entre los componentes de la cavidad craneal, etc.
Por lo anterior, es importante considerar que la disminución o el exceso de líquido cefalorraquídeo pueden ocasionar serios problemas neurológicos que comentaremos ahora:
1. DESHIDRATACION: Evidentemente la deshidratación provocada por pérdida de líquidos como sucede en la diarrea o el vómito profuso, estados prolongados de fiebre o falta de ingesta de líquidos, suele causar síntomas neurológicos tales como dolor de cabeza, somnolencia, debilidad generalizada, visión borrosa, calambres musculares, etc. La rehidratación adecuada, evidentemente mejora esta situación.
2. HIDROCEFALIA: Significa acumulación del líquido cefalorraquídeo (LCR) en la cavidad craneal que puede ser por diversas causas, siendo las principales:
* De origen congénito por malformaciones estructurales del cerebro
* Por obstrucción en la circulación del LCR debido a meningitis (infección de las cubiertas del cerebro).
* Secundaria a obstrucción del flujo del LCR por tumores que comprimen el cerebro
* Por la presencia de sangre en un espacio localizado entre las meninges (hemorragia subaracnoidea).
* Cualquier daño o lesión cerebral que interfiera con la producción, circulación y/o absorción del LCR.
La Hidrocefalia puede manifestarse con dolor de cabeza, nausea, vómito y alteración del estado de conciencia hasta llegar al coma; si no es detectada y tratada a tiempo, incrementa la presión intracraneal hasta el punto de causar la muerte.
El diagnóstico de hidrocefalia se hace por medio de la historia clínica, la exploración neurológica y se corrobora con técnicas de neuroimagen como la Tomografía axial computada o la Resonancia magnética cerebral.
3. HIDROCEFALIA NORMOTENSA (SINDROME DE HAKIM-ADAMS): Un tipo especial de hidrocefalia, es la conocida como hidrocefalia normotensa o hidrocefalia a presión normal. En estos pacientes existen manifestaciones neurológicas características: a) deterioro de las funciones mentales hasta llegar a la demencia, b) alteración de la marcha del paciente, llevándolo hasta la incapacidad para caminar y c) trastornos de la micción (incontinencia urinaria).
Si a este paciente se le realiza un procedimiento conocido como punción lumbar, en el cual se le extraen unos 50 ml de LCR y mejora toda su sintomatología, se le puede considerar candidato a colocarle una válvula especial que drena o evacua el líquido acumulado, de tal manera que llega a curarse prácticamente.
Por lo anterior, se considera que la hidrocefalia normotensa es una causa de demencia potencialmente reversible (de ahí la importancia de diagnosticarla correctamente para no confundirla con enfermedad de Alzheimer).
4. CEFALEA POST-PUNCION: Cuando por alguna razón médica se le realiza a algún paciente el método antes mencionado de punción lumbar, con el fin de extraer y analizar el LCR, puede desarrollarse de forma transitoria un intenso dolor de cabeza, conocido como cefalea post-punción. La causa de dicho dolor es que disminuye temporalmente el volumen de LCR, lo cual genera disminución en el soporte que de forma natural realiza el LCR para el encéfalo, causando cierto grado de irritación meníngea. Una vez que dicho líquido se repone, la cefalea mejora.
Como hemos visto, el adecuado equilibrio entre LCR, sangre y tejido cerebral en la cavidad craneal, es indispensable para conservar la salud. La disminución y el exceso de LCR son ampliamente perjudiciales y deben ser valorados y tratados por el especialista.
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Dr. Luis Javier Flores Río de la Loza
Neurología y Neurofisiología Clínica
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